En una empresa, existen tres tipos de colaboradores en cuanto a la idea de recibir capacitaciones:
- Los que se emocionan
- Los que lo consideran «pérdida de tiempo» o «aburrimiento»
- Los que les da igual ir o no ir.
Dos de los factores que influyen en que los colaboradores reaccionen infelices son el clima laboral y que esté trabajando en una empresa que no lo hace vibrar a nivel profesional.
Cuando trabajé en una institución pública, a la cual le guardo mucho cariño por todo lo aprendido, confieso que al inicio me emocionaba con las capacitaciones y quería asistir a todas 🥸, pero llegó un punto (cuando supe que iba a renunciar y cambiar mi rumbo profesional) en el que no quería más capacitaciones relacionadas a lo tributario como «fiscalidad internacional», «precios de transferencia» y «NIIF». Esta última en especial, es la que más recuerdo, porque por un largo momento ganaron más mis ganas de hacer otra actividad 😔. Aún guardo los dibujos de una competencia que hicimos con una amiga en el curso, sobre quién dibujaba mejor a Mickey Mouse 🤦🏻♀️
Y no lo cuento con orgullo, ahora que estoy del otro lado y doy capacitaciones a nivel empresarial, doy mi 101% para mantener al personal motivado, pero también puedo reconocer cuando alguien simplemente no quiere estar ahí o no ve el valor agregado. En mi nueva profesión de coaching en imagen, sería la persona más feliz si una empresa me pagara todas las capacitaciones que quiero 😄. Amo capacitarme y lo hago constantemente pero ahora entiendo que si no te apasiona, ni gratis.
Así que mi invitación es para ti empleador, a que no dudes en invertir en tu personal, porque la gente motivada trabaja mejor y en el fondo si aprecian este beneficio de prepararse, y a ti, colaborador, aprovecha cada capacitación que tu empresa te brinde, todo suma, todo aporta. Enamórate de la empresa para la cual trabajas, enamórate del estilo y respeta a la persona que está parada transmitiendo sus conocimientos, no cometas mi error.
Para concluir, recuerda que todos cometemos errores pero es de valientes asumirlos y corregirlos 💪🏼 y que «cualquiera que para de aprender se hace viejo, tanto si tiene 20 como 80 años. Cualquiera que sigue aprendiendo permanece joven. Esta es la grandeza de la vida». Henry Ford.
2 Comentarios
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Totalmente de acuerdo con lo expuesto. Claro que no es el enfoque de este artículo, pero habría que ir más allá para saber por qué se da este comportamiento, y tener más colaboradores motivados. De mi experiencia personal, nunca he sido del tipo que me da igual ir o no, pero de los otros dos, sí. Y es porque mucho tienen que ver tres aspectos: el primero, es el tema; el segundo, es el criterio para escoger quiénes deben asistir y si es obligatorio o voluntario; y finalmente, el instructor, capacitador, o como hoy les dicen «facilitadores».
Pero creo que eso es material para otro(s) artículo(s): ¿Qué capaciones impartir y por qué? ¿A quiénes se debe dirigir/convocar a una determinada capacitación? ¿Tiene el contenido la calidad que esperan los asistentes? ¿El capacitador tiene carisma o se puede solicitar uno mejor?
Gracias Roberto por tu valioso aporte al artículo.
Considero que lo que mencionas es totalmente válido. Y por supuesto que influye el tema, los participantes seleccionados, el expositor. Puede ser un tema fabuloso pero el expositor no sabe cómo llegar a los colaboradores, no tendrá el impacto esperado.
Y te invito a que escribas sobre las preguntas planteadas. Por tus conocimientos y experiencias, sé que tienes mucho que aportar a la sociedad. Lo compartimos en mi blog como autor invitado.