El multimillonario Bill Gates en alguna ocasión manifestó “Nacer pobre no es tu culpa, morir pobre sí lo es”. Cuántas veces hemos puesto como excusa que los malos gobiernos, la crisis económica, la falta de oportunidades y tantos otros factores externos a nosotros, son los causantes de nuestra falta de dinero, cuando en realidad todo esto puede cambiar si cambiamos nuestra mentalidad, nuestra concepción interna sobre la riqueza y la empezamos a decretar desde nuestro interior como una meta, como un anhelo, como una decisión que hemos asumido alcanzar.
En mi experiencia como seguidora de grandes Coaches como Hal Elrod, Tonny Robins, Laura Ribas, Chalene Johnson, entre otros, recomiendo los siguientes tips que me ha servido en mi vida como emprendedora:
- Rutina diaria: Agradecer por las bendiciones recibidas, decretar afirmativamente nuestros sueños, visualizarlos en un mapa de deseos. Escribir, leer y hacer ejercicios.
- Rodearse de cinco personas que sumen y aporten en tu vida. Las personas con las que compartes mayor tiempo influyen en tus propósitos.
- Invertir en ti y en tú crecimiento personal y profesional. Siempre hay cosas nuevas por aprender, mejorar, desarrollar o modificar.
- Automotivarte y tener mentalidad de crecimiento, la cual se caracteriza porque se desarrolla día a día, su palabra clave es “aún no … aún no lo he conseguido, pero lo voy a conseguir”, se traza retos, maneja posibilidades, se llena de actitud y esfuerzo y se inspiran cuando ven el éxito y la felicidad ajena.
La mentalidad de crecimiento te da fuerzas, esperanza y hace que sigas persistiendo. Las tragedias y los problemas ocurrirán siempre, pero es tu actitud lo que hace que sigamos, nos detengamos o continuemos. Como todo lo que vale la pena cuesta, tener una mentalidad de crecimiento no es la excepción. En ciertas ocasiones tocará hacer sacrificios, que serán totalmente recompensados.
Para iniciar tu camino hacia una plena mentalidad de crecimiento:
– Identifica la voz crítica de tu mentalidad fija: “Ya está, no puedo más”, “Soy un Fracaso”, “El país está jodido y yo también”, entre otras. Esa vocecita es muchas veces nuestro peor enemigo porque nos llena de miedos y de inseguridades, así que ¡la identificamos para callarla!
– Reconoce que tienes la alternativa de explicar las cosas de otra manera. Siempre hay más opciones, recuerda ser siempre protagonista y no víctima de tu vida.
– ¡Actúa! Toma acción de inmediato para alcanzar lo que te propongas.
Recuerda que si fuera fácil todo el mundo lo haría, así que lo que sea que hagas, hazlo con pasión, entrega, compromiso y servicio.
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