Enseñar: la constante en mi vida

Ahora entiendo las veces en que mamá me decía que mi abuela Laura estaría orgullosa de mí. Cuando me enseñó el recorte del periódico que publicaron en diario El Universo cuando falleció, septiembre de 1974,  aún sin conocerla se me salieron un par de lágrimas y se me infló el corazón de orgullo. Me hubiera encantado conversar con ella, saber más sobre su vida, sus enseñanzas y su pasión por formar jóvenes.

A lo largo de mi vida, a nivel personal, tuve algunas relaciones antes de encontrar a mi príncipe shrek jaja, he estado en clases de tennis, hice durante algunos años ballet, pole fitness, aro, también danzas árabes, pilates, ejercicios en gimnasio, funcional. A nivel profesional, he sido profesora de catecismo, inglés, matemáticas, contabilidad, régimen tributario, y ahora todo lo relacionado a imagen personal y etiqueta.

Y viendo hacia atrás, me doy cuenta de que la constante en mi vida ha sido justamente esa, ENSEÑAR, no importa la materia, pero enseñar. Lo disfruto tanto que hasta hoy repetía que amo mi nueva profesión y SÍ, la amo pero lo que más me hace vibrar es poder transmitir mis conocimientos y experiencia. 

Desde niña he enseñado, ¡qué risa acordarme los días del colegio!, cuando algunas madres de familia le preguntaban a papá si sus hijos podían ir a estudiar a mi casa para que los ayude, y mi papá siempre tan bueno y sin preguntarme deciá si jaja. Por eso iban FF (en el cole ni hablábamos jajja) pero lo veía ciertas tardes en mi casa, SG, MAA, LU, entre otros amigos y compañeros. La verdad siempre me encantó enseñar, menos físicaaaa, ahí yo iba a estudiar donde Gabriel o Francisco. También fui asistente de algunos profesores.

Mientras estuve en el colegio, también era parte del grupo apostólico del Colegio Javier, mi apostolado era enseñar catecismo para que los niños o jóvenes puedan hacer su primera comunión. Alguna vez también les di clases de inglés.

También recuerdo que yo quería dinero para comprarme un equipo de sonido y mi papá me ayudó publicando en el periódico que “se daban clases de matemáticas o nivelación” y así, llegaron dos niños desconocidos a recibir mis clases =). Luego, mi tía me consiguió dos niños más, hijos de una de sus mejores amigas en esa época.

Cuando estuve en la Universidad, en el segundo semestre, mi papi me dijo “Discúlpame, ya no podré pagar tus estudios” (crisis financiera, abuelos sin seguro en clínica, eso es otra historia pero nos afectó mucho económicamente). Tuve que empezar a trabajar para poder pagar mis estudios, así que cada vez tenía menos tiempo para enseñar. Pero en las clases de inglés, cuando la Miss Isabel me dejaba encargada yo era feliz. Cuando me gradué, supe que tenía que diversificar ingresos, y como en ese entonces trabajaba en el SRI, la única actividad económica permitida era la docencia, motivo por el cual, decidí hacer un “mba” y conseguir trabajo como profesora. 

Gracias a Dios y a las buenas personas que han pasado por mi vida, conseguí un trabajo como profesora de Contabilidad, yo no quería, porque odiaba esa materia, pero el amigo que me recomendó me dijo “No me hagas quedar mal”, sal de tu zona de confort… y que bendición que así lo hice…

Así que sí… he cambiado de profesión, de ejercicios, de pareja hasta encontrar a Roberto, mi compañero y amor de mi vida, pero lo que siempre se ha mantenido ha sido la pasión por enseñar y eso creo que corre por mis venas, como dice mi mamá, lo llevo en la sangre =)

Gracias abuela Laura por heredarme esa pasión y gracias a quienes confían en mí para recibir sus procesos de formación. Prometo seguir actualizándome constantemente para poder llegar a ser como mi abu y dejar un legado. Teaching is my life.