¿Quién tiene o ha tenido alguna vez un complejo? Los complejos pueden ser físicos, psicológicos o sociales y cualquiera de estos afecta a tu imagen personal y cómo te proyectas a los demás.
Los complejos empiezan a aparecer a temprana edad cuando nos comparamos con nuestros compañeros, familiares o amigos o cuando nos hacen comentarios inapropiados u ofensivos y no sabemos cómo manejarlos. Algunos complejos son tan fuertes que requieren acompañamiento psicológico. Si no se trabajan a tiempo, pueden repercutir en tu desempeño personal, laboral o social y acompañarte toda la vida.
En este artículo quiero compartirte lo que escribieron algunos jóvenes de 18-25 años sobre este tema. Te comparto algunas de las ideas de mis queridos estudiantes:
Nathaly López Mora, dice: “Conocí un segundo nacimiento, cuando mi alma y mi cuerpo se amaron y se casaron.” (Khalil Gibran). La vida es corta como para detenerse a ver complejos que a veces no existen, están en tu cabeza acabando con tus buenos días. Mira el cielo, tómate un respiro, piensa en todas las cosas lindas que haces y que aportas a la vida de los demás. Lo estás haciendo bien, conéctate y conócete para que llegues a tu segundo nacimiento.
John Tejada, expresa: Empecemos a ver nuestros “defectos” como lo que nos diferencia de los demás, ese plus personal que hace que las demás personas pongan su mirada en nosotros, y demos vuelta a la situación, aprovechemos y saquemos a relucir nuestros talentos, debemos minimizar esos complejos, que esa atención captada sirva de estímulo para seguir haciendo lo que nos hace sentir bien, si somos buenos para socializar… ¡Seamos ese gordito chévere al que todos le quieren hablar! ¡Ese gordito tierno que siempre busca ayudar a los demás! ¡Ese gordito que siempre pasa alegre y siempre le saca una sonrisa a quienes se encuentran en un mal momento! Poco a poco dejaremos de lado nuestros complejos. No olvides que lo más importante viene de adentro de cada uno de nosotros, no dejes que te afecte un mal comentario de alguien que carece de empatía, educación y amor hacia el prójimo.
María José Izurieta Castro, nos cuenta: “Lo peor de los complejos de inferioridad es que los tienen las personas equivocadas.” – Alain Delon. Como nos sentimos, es lo que mostramos hacia la sociedad. Ninguno de nosotros es perfecto, no debemos compararnos con nadie, estamos en el derecho de equivocarnos e ir por más y lo más importante, estando felices con quienes somos y como somos, si queremos cambiar algo, hacerlo porque nos sentiremos bien con eso y no por lo que la sociedad desee.
En mi opinión, ahora que las redes sociales son “una carta abierta” donde algunos escriben lo que no se atreverían a decirte en persona, te invito a replantear lo que escribes, lo que comentas, si no es algo que suma y puede herir a otra persona que no sabes como está su amor propio, mejor no lo hagas. Recuerda que lo que sale de tu boca es lo que tienes en tu corazón. Sigamos trabajando por un mundo con más amor, más empatía y menos complejos.
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